Mallorca es tierra de olivos. Desde hace siglos, estos árboles moldean el paisaje de la isla y forman parte inseparable de su historia, su gastronomía y su cultura. El aceite de oliva virgen extra que se produce aquí no es solo un alimento: es herencia, identidad y orgullo.
En S’Establit cuidamos con esmero tres variedades de olivo que, cada temporada, nos regalan un fruto único: empeltre, picual y arbequina. Cada una aporta matices diferentes y, juntas, conforman la esencia de nuestros aceites.
Empeltre: tradición y suavidad
El empeltre es una de las variedades más antiguas y apreciadas del Mediterráneo. Su nombre viene de “empeltar”, que en mallorquín significa injertar, ya que antiguamente se multiplicaba de este modo.
Su aceite es suave, delicado y ligeramente dulce, con notas que recuerdan a la almendra y a la manzana madura. Es perfecto para quienes buscan un aceite equilibrado y elegante, ideal para tomar en crudo sobre pan con tomate, ensaladas frescas o pescados.
Picual: intensidad y carácter
El picual es la variedad más cultivada en España, y en Mallorca también ocupa un lugar destacado. Sus aceites se reconocen fácilmente por su carácter fuerte y su personalidad intensa.
Tienen un sabor marcado, con un punto amargo y picante que habla de su riqueza en antioxidantes y polifenoles. El picual no solo aporta fuerza a la cata, también garantiza una gran estabilidad, lo que lo convierte en un aceite excelente para cocinar y conservar alimentos.
Arbequina: frescura y aroma
La arbequina, muy bien adaptada al clima balear, es probablemente la variedad más aromática de nuestro olivar.
Sus aceites son afrutados y delicados, con notas que evocan la manzana verde, el plátano y a veces la almendra. De textura ligera y sabor muy equilibrado, es la variedad favorita para quienes buscan un aceite suave, ideal para aliñar verduras, maridar quesos frescos o dar un toque elegante a los postres.
En S’Establit creemos que la riqueza está en la diversidad. Por eso cuidamos con la misma pasión nuestras tres variedades de olivo, convencidos de que cada una aporta un matiz diferente a la experiencia de degustar un aceite de oliva virgen extra mallorquín.El resultado es un producto que refleja el alma de nuestra tierra: ecológico, auténtico y con Denominación de Origen Oli de Mallorca, una garantía de calidad y origen que preserva el valor de lo local.

