En los años 70, Jaume Pericás y su esposa Catalina Seguí tomaron las riendas de S’Establit, una finca en una de las zonas más auténticas de Mallorca. Aunque la antigua casa estaba en mal estado, Jaume vio el potencial de esta tierra y dedicó su vida a desarrollarla.
Antes de dedicarse a la producción de aceite de oliva virgen extra ecológico, la finca tuvo diversos usos, como granja de patos y conejos, e incluso albergó una pequeña curtiduría de cuero. Sin embargo, bajo la dirección de Jaume, la mayor parte de la finca se convirtió en un huerto de naranjos, su fruta favorita, que a su muerte en 2015 brillaba por toda la propiedad.
Para su hijo Bernat, continuar con el legado de Jaume fue esencial. Compartiendo la pasión por la tradición mallorquina, Bernat inició una cuidadosa renovación de la finca, manteniendo el equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo, y preservando la autenticidad de la casa de campo y su entorno.
Hoy, bajo su dirección, S’Establit mantiene vivo el espíritu de Jaume, combinando tradición e innovación. Los antiguos naranjales dieron paso a un olivar ecológico de más de 1.200 árboles de variedades como empeltre, picual y arbequina. Gracias a este cambio, cada año producimos un aceite de oliva virgen extra ecológico reconocido dentro de la Denominación de Origen Oli de Mallorca.
Como parte de la evolución de la finca, Bernat también incorporó una almazara propia, lo que permite controlar todo el proceso, desde el cultivo y la cosecha hasta la extracción y embotellado del aceite. De este modo, cada botella de aceite de oliva refleja no solo la calidad de la materia prima, sino también el compromiso de la familia con la sostenibilidad, la autenticidad y la preservación de la tradición agrícola mallorquina.
